Nuestra página web es: http://www.centronanda.es


Nuestra página de facebook es: http://www.facebook.com/CentroNANDA


viernes, 1 de marzo de 2013

LA MUJER PERFECTA

"Nasrudin conversaba con un amigo. 

- Entonces, ¿nunca pensaste en casarte? 

- Sí, pensé –respondió Nasrudin. – En mi juventud resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco y conocí a una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo. 

Continué viajando y fui a Isfahan; allí encontré a una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita. 

Entonces, resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa y conocedora de la realidad material. 

- ¿Y por qué no te casaste con ella? 

- ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto… "    
                             
                                                                             Paulo Coelho 



Desgraciadamente lo que para nosotros es perfecto no es para los demás. 

Intentamos buscar la perfección en aquello que hacemos, que tenemos, que nos rodea… sin darnos cuenta que, los que no somos perfectos somos nosotros mismos, no nos paramos a mirar y observar con paciencia aquello positivo y negativo que tengo, para realzar lo positivo y mejorar lo negativo así poder ofrecernos a los demás siempre “perfectos” así como lo que pedimos de ellos.

Para recibir debemos intentar dar lo mismo que pedimos.

jueves, 28 de febrero de 2013

LA MUJER Y LAS GALLETAS

"Una joven esperaba el embarque de su vuelo en un gran aeropuerto.

Como tenia una larga espera ante si, decidió comprarse un buen libro, y también se compró un paquete de galletas.

Se sentó lo más cómodamente que pudo, y se puso tranquilamente a leer, dispuesta a pasar un buen rato de descanso. 

Al lado de su asiento donde se encontraba el paquete de galletas, un hombre abrió una revista y se puso a leer. 

Cuando ella cogió la primera galleta, el hombre también cogió una. Ella se sintió irritada por este comportamiento, pero no dijo nada, contentándose con pensar: “ que cara dura ”.

Cada vez que ella cogía una galleta, el hombre hacía lo mismo. Ella se iba enfadando cada vez más, pero no quería hacer un espectáculo.

Cuando solo quedaba una galleta, pensó: “ y ahora que va hacer este imbécil?”. El hombre cogió la última galleta, la partió en dos y le dio la mitad.
Bueno esto ya era demasiado… ¡ ella estaba muy enfada! 

En un arranque de genio, cogió su libro y sus cosas y salió disparada para la sala de embarque.

Cuando se sentó en su asiento del avión, abrió su bolso y…con gran sorpresa descubrió su paquete de galletas intacto y cerrado !!! ¡Se sintió tan mal! No comprendía como se había podido equivocar…Había olvidado que guardó su paquete de galletas en el bolso.

El hombre había compartido con ella sus galletas sin ningún problema, sin rencor, sin explicaciones de ningún tipo, mientras ella se había enfadado tanto, pensando que había tenido que compartir sus galletas con él… y ahora ya no tenía ninguna posibilidad de explicarse ni de pedir excusas…"

 
 
 
HAY CUATRO COSAS QUE NO PODREMOS RECUPERAR NUNCA MÁS...
UNA PIEDRA…
…DESPUÉS DE HABERLA TIRADO!

UNA PALABRA…
… DEPUÉS DE HABERLA DICHO

UNA OCASIÓN…
… DESPUÉS DE HABERLA PERDIDO !
EL TIEMPO…
… CUANDO YA HA PASADO !

Así que siempre hay que saber aprovechar bien cada momento y nunca quedarnos con las ganas de decir aquello que pensamos, porque puede que después ya sea tarde para ello….

miércoles, 27 de febrero de 2013

EL JUICIO

Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de asesinato. El culpable era una persona muy influyente del reino, y por eso desde el primer momento se procuró hallar un chivo expiatorio para encubrirlo. 

El hombre fue llevado a juicio y comprendió que tendría escasas oportunidades de escapar a la horca. El juez, aunque también estaba confabulado, se cuidó de mantener todas las apariencias de un juicio justo. 

Por eso le dijo al acusado: “Conociendo tu fama de hombre justo, voy a dejar tu suerte en manos de Dios: escribiré en dos papeles separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás, y será la Providencia la que decida tu destino”. 

Por supuesto, el perverso funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: “Culpable”. 

La víctima, aun sin conocer los detalles, se dio cuenta de que el sistema era una trampa. Cuando el juez lo conminó a tomar uno de los papeles, el hombre respiró profundamente y permaneció en silencio unos segundos con los ojos cerrados. Cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y, con una sonrisa, tomó uno de los papeles, se lo metió a la boca y lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon. 

—Pero, ¿qué ha hecho? ¿Ahora cómo diablos vamos a saber el veredicto?
—Es muy sencillo —replicó el hombre—. Es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué. 

Con refunfuños y una bronca muy mal disimulada, debieron liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo. 

“Nunca dejemos de luchar hasta el último momento. En momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Albert Einstein 

martes, 26 de febrero de 2013

LA VIDA Y NUESTRO PROPÓSITO EN ELLA


La manera en cómo vivimos nuestra propia vida, expresa, día a día, momento a momento, la visión más profunda que cada uno de nosotros tiene del propósito de su propia existencia. 

A lo largo de nuestra vida, vamos realizando una serie de acciones y tomando así, decisiones determinadas, en función de lo que cada uno se propone hacer y/o seguir en la vida. Elegimos ciertas experiencias que deseamos vivir y rechazamos otras que no queremos experimentar. 

Por supuesto, también vivimos experiencias que ni buscamos ni elegimos, pero centrándonos en aquello que vamos creando nosotros mismos con nuestras acciones y decisiones, nos daremos cuenta que todo eso va construyendo nuestra vida a imagen de lo que cada uno guarda en su interior.

Por lo tanto, vemos que nuestra propia vida nos cuenta una historia acerca de nosotros mismos, nos dice quiénes somos y lo que esperamos de ella así como de uno mismo, nuestro propósito en el mundo. 

Algunas de las cosas que hacemos en la vida o muchas de ellas, pueden estar o no de acuerdo con ese propósito fundamental e incluso en contradicción con él, pero aún así, existe una tendencia general que se vislumbra entre todo lo demás, un camino que, si no lo estamos siguiendo claramente, posiblemente deseamos seguir.

Muchas veces, aún siendo adultos, somos como los niños cuando empiezan a caminar, al principio no son capaces de seguir un camino recto, de manera que van dando tumbos de un lado a otro, al igual que nos pasa a nosotros en más de una ocasión. 

Es posible que, aunque la historia de nuestra vida pueda contarnos y decirnos cuál es nuestro propósito y camino, no lo veamos con claridad, ya que no siempre lo seguimos de manera recta y firme, sino desviándonos a menudo y en algunos momentos, dejándonos llevar/arrastrar por los demás, por la sociedad, perdiéndonos… No es fácil conseguir seguirlo de forma firme y constante. 

Aún así, si analizamos con detalle, podremos descubrir la historia de nuestro pasado y encauzar, viendo más claramente, nuestro camino hacia el futuro. 

¡Ánimo, tú puedes conseguirlo! 

Te ayudamos a ayudarte, así que no decaigas, antes todo levántate las veces que haga falta y sigue adelante!!

lunes, 25 de febrero de 2013

LA RANA QUE NO QUISO MORIR

"Un grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo.

 Todas las demás se reunieron alrededor del hoyo y les dijeron a las dos del fondo que a los efectos prácticos se debían dar por muertas.

Las dos ranas no hicieron caso de los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.

Las otras ranas seguían insistiendo en que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente una de las ranas puso atención en lo que las otras decían y se rindió. Ella se desplomó y murió.

La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritó que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo, cuando salió, las otras ranas le preguntaron: – ¿ No escuchaste lo que te decíamos ?

 La rana les explicó que era sorda. Ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y más para salir del hoyo...."
 
 
A veces la mejor opción es no escuchar lo que nos dicen los demás y hacernos las "sordas", sobretodo en situaciones dónde la fortaleza, el empeño y la constancia dependen de una misma, ya que si nos paramos a escuchar las diferentes opiniones, puede que acabemos "muriendo" sin haberlo tan sólo intentado.
 
Siempre hay que pararse a escuchar nuestra propia voz interna, al final es la única que puede ayudarnos...





Visitas