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viernes, 1 de febrero de 2013

LA FRESA

"Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. 

Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó: 
—¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? 
—No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda." 

Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a ti mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Con lo cual hay que conformarse con lo que cada uno es e intentar tiempo al tiempo ir mejorando si en algún aspecto no estás conforme.

Podéis disfrutarlo y florecer regando vuestro propio amor  o marchitaros en vuestra propia condena...

LOS DERECHOS ASERTIVOS

Un gran paso para aprender a ser asertivos es conocer nuestros derechos que aunque no están escritos, todos poseemos, y muchas veces los olvidamos o no los conocemos tal cual son. Éstos son inalienables a todo ser humano: 

· Tengo derecho a ser tratado con respeto y dignidad. 

· Tengo derecho a ser mi propio juez y valorar mi conducta. 

· Tengo derecho a hacer cualquier cosa que yo quiera, siempre que no lastime a otra persona. 

· Tengo derecho a tener y expresar mis los propios sentimientos y opiniones. 

· Tengo derecho a reconocer mis propias necesidades, establecer mis objetivos personales y tomar mis propias decisiones. 

· Tengo derecho a cambiar de opinión. 

· Tengo derecho a decir "no" sin sentirme culpable. 

· Tengo derecho a pedir lo que quiero, aceptando a la vez que me lo nieguen. 

· Tengo derecho a cometer errores y responsabilizarme de ellos 

· Tengo derecho a pedir información y ser informado. 

· Tengo derecho a renunciar a mis derechos. 

· Tengo derecho a ser independiente. 

· Tengo derecho a gozar y disfrutar. 

· Tengo derecho a triunfar 

· Tengo derecho a decidir el hacerme cargo o no de los problemas de los demás. 

· Tengo derecho de dar o no explicaciones sobre mi comportamiento. 

· Tengo derecho de no necesitar la aprobación de los demás. 

· Tengo derecho de no ser perfecto. 

· Tengo derecho a decidir no ser asertivo 

· Tengo derecho a pedir reciprocidad. 

· Tengo derecho a ser feliz.  (sobretodo tenerlo muy en cuenta)

jueves, 31 de enero de 2013

EL COCHE

Una vez había joven muchacho que estaba a punto de graduarse en sus estudios. Hacia muchos meses admiraba un hermoso coche deportivo en una agencia de automóviles. 
 

Sabiendo que su padre podría comprárselo le dijo que ese coche era todo lo que quería, así, como se acercaba el día de graduación, el joven esperaba ver alguna señal de que su padre hubiese comprado el coche. Finalmente en la mañana del día de graduación su padre le llamó para que fuera a su habitación. Le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que lo amaba. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. Curioso y algo decepcionado el joven abrió la caja y encontró una hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro. 

Enfadado le gritó a su padre diciendo: — ¿Con todo el dinero que tienes y lo que me das es esta Biblia? 

Salió de la casa y no regreso más. Pasaron muchos años y el joven se convirtió un exitoso hombre de negocios. Tenía una hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre, que ya era anciano, estaba muy enfermo pensó visitarlo. No lo había vuelto a ver desde el día de su graduación. Antes de que pudiera partir para verlo recibió un telegrama donde decía que su padre había muerto, y le había heredado todas sus posesiones por lo cual necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre para arreglar todos los trámites de inmediato. 
 
Cuando llegó una tristeza y arrepentimiento llenó su corazón. Pronto empezó a ver todos los documentos importantes que su padre tenía y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le había dado. 

Con lágrimas la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre cuidadosamente había subrayado un verso en Mateo 7:11: "Y si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas guías a vuestros hijos, cuanto más nuestro Padre dará a sus hijos aquello que le pidan." Mientras leía esas palabras unas llaves de coche cayeron de la Biblia. Tenía una tarjeta de la agencia de automóviles donde había visto ese coche deportivo que había deseado tanto. En la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación y las palabras: "TOTALMENTE PAGADO" 

¿Cuántas veces hemos rechazado o perdido la oportunidad de disfrutar o vivir algo de la vida porque no viene envuelto en hermosos paquetes como nosotros esperamos? 
Las apariencias engañan siempre hay que tener paciencia y mirar más allá puede que nos sorprendamos de todo lo que podemos encontrar… 

LA ASERTIVIDAD

La asertividad es la habilidad de expresar tus pensamientos, sentimientos y percepciones, de elegir cómo reaccionar y hablar por tus derechos cuando es apropiado. Por ende es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular ni manipular a los demás. Esto lleva a elevar tu autoestima y a ayudarte a desarrollar autoconfianza para expresar aquello que desees a los demás.
Los comportamientos asertivos suponen saber defender las propias necesidades frente a las exigencias de los demás sin llegar a utilizar comportamientos agresivos o violentos. La asertividad está en medio de los comportamientos agresivos y pasivos o inhibidos.
Esta habilidad consiste en crear las condiciones que nos permitan conseguir todos y cada uno de los siguientes objetivos: eficacia (conseguir lo que uno se propone), no sentirse incómodo al hacerlo, ocasionar las mínimas consecuencias negativas para uno mismo, para el otro, y para la relación en situaciones en que se pone de manifiesto un conflicto de intereses, y en situaciones de aceptación asertiva, establecer relaciones positivas con los demás.
Existen tres tipos de conductas:
- CONDUCTA PASIVA: consiste en no comunicar lo que se desea o hacerlo de una manera débil, con demasiada suavidad o timidez, ocultando aquello que realmente uno piensa. Una persona con esta conducta, no defiende sus propios derechos, por lo que respeta a los demás pero no se respeta a sí misma. "Lo que yo piense o sienta no importa”, "si digo lo que pienso los demás se molestarán conmigo"… Sus sentimientos suelen ser frecuentemente de frustración, impotencia, culpabilidad y baja autoestima, ansiedad y temor. Sus comportamientos son inseguros: vacilaciones, bajo volumen de voz, bloqueos y silencios. Cuando ya no puede más puede experimentar "explosiones" agresivas bastante incontroladas resultado de la acumulación de tensiones.
 
- CONDUCTA AGRESIVA: la persona agresiva defiende sus derechos de forma excesiva, no respetando a los demás y frecuentemente generando conflictos por este hecho. Carece de habilidades para relacionarse con la debida "sensibilidad" o empatía. Sus esquemas mentales son del tipo: "Si no soy fuerte los demás se aprovecharán de mi", "Lo importante es conseguir lo que yo quiera"… Sus sentimientos suelen ser de enfado, sentimiento de injusticia, soledad y abandono, baja autoestima, frustración y falta de control. Contacto ocular desafiante, cara tensa, tono de voz elevado, interrupciones y habla tajante.
 
- CONDUCTA ASERTIVA: consiste en poseer la habilidad para transmitir y recibir los mensajes de sentimientos, creencias y opiniones de una manera honesta, oportuna y respetuosa. Una persona asertiva es una persona con necesidades, con el deseo de expresar abiertamente lo que siente, piensa, honestamente. Sabe respetar a los demás sin dejar de respetarse a sí misma. No pretende entrar en el esquema de ganar o perder en la relación con los demás, sino en ¿cómo podemos llegar a un acuerdo favorable para ambos? Su manera de pensar es más racional, actuando de forma más adaptativa a su vida y circunstancias. Sus sentimientos son más estables y controlados que los de las personas pasivas o agresivas y derivado de todo esto su sentido de autonomía, autosuficiencia y autoestima es elevado.

Aquí un ejemplo imagina que alguien te pide el coche y no deseas prestarlo:
1.     Conducta pasiva:  "bueno... te lo presto..."
2.   Conducta agresiva: "¡no me da la gana de prestártelo!"
3.    Conducta asertiva: "lo siento, pero no acostumbro a prestarlo"

Esto no quiere decir que cada cual seamos o tengamos un tipo de conducta determinado y ya, sino que todos tenemos en mayor o menor grado algo de cada tipo y que la ponemos en práctica en función de las situaciones y/o personas con las que interactuamos.
Para facilitaros la detección de conductas asertivas, os dejo unas características de dichas personas y conductas para que la identificación favorezca en vosotros esta habilidad.  
 
a. Respetarse a sí mismo: concebirse a sí mismo como un ser humano con energía limitada que necesita cuidarse.

b. Respeto por los demás: que los otros sean concebidos como seres humanos tratados con dignidad y respeto.
 
c. Ser directo: garantizar que los mensajes transmitidos sean los suficientemente claros, sencillos y precisos.
 
d. Ser honesto: la capacidad de comunicación se ve limitada cuando se niegan o se minimizan los verdaderos sentimientos y se recurre a la mentira.
 
e. Ser apropiado: tomar en cuenta no sólo lo que se dice o escucha, sino el contexto y el tiempo en que ocurre.
 
f. Control emocional: encauzar las emociones para que éstas no lleguen a niveles de intensidad que provoquen reacciones ineficientes.
 
g. Saber decir: depende del objetivo que se persiga y del proceso y la estructura del mensaje asertivo.
 
h. Saber escuchar: proceso activo que requiere un esfuerzo para comprender lo que los demás quieren transmitir.
 
i. Ser positivo: reconocer e informar a los demás que hay un intento por beneficiar y ayudar.
Existen causas por las que probablemente muchos de nosotros no tengamos desarrollada la asertividad. Puesto que las personas crecemos y somos educadas en un entorno determinado y muy diferente al resto, también tenemos un bagaje diferente en todo lo relacionado a cómo ver el mundo, vivirlo, salir adelante…

En ocasiones los padres o cuidadores han podido castigar comportamientos asertivos en el niño de manera directa con amenazas, reprobaciones, privaciones, o de manera indirecta  generándole una serie de normas o valores morales donde no está permitido ser asertivo ("los niños buenos no responden a sus padres"); quizás ha podido suceder lo contrario, no han castigado estos comportamientos, pero tampoco los han reforzado con lo que el niño no ha aprendido a valorarlos.
 
Otra posible causa sería que el niño no ha sido capaz de reconocer las señales de valoración de los demás por sus comportamientos asertivos (como las sonrisas o los gestos de simpatía o aprobación) por lo que no reconocerá el valor de desarrollarla. En otras ocasiones la persona obtiene más refuerzos por sus conductas pasivas/sumisas, con lo que es contraproducente para su desarrollo. Tal es el caso de la persona tímida y complaciente que con ello consigue: el apoyo, la atención y la protección de los demás, la consideración y aprobación como "bueno", "responsable" o "admirable".  El caso contrario también se hace latente, personas que obtienen más refuerzos por sus conductas agresivas: atención de los demás, sentir la satisfacción de ser superior a otros, conseguir lo que quiere. O simplemente que la persona no ha desarrollado habilidades sociales, por tanto, no sabe identificar cuáles son los comportamientos adecuados a cada momento o situación.

Te encuentres en el punto que te encuentres siempre se puede mejorar, APRENDE A DECIR NO DE MANERA ADECUADA Y SALDRÁS BENEFICIADO!!                                    

miércoles, 30 de enero de 2013

EL ALACRÁN

Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. 



Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó. Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?". 
El maestro respondió: " La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar". Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.






Al final lo importante es ser como cada uno es, siguiendo su condición pase lo que pase a su alrededor!!!

EL FRACASO Y EL MIEDO

Uno de tantos miedos que podemos experimentar las personas y que nos limitan a la hora de avanzar y evolucionar como personas, es el temor al fracaso, éste nos inmoviliza y disminuye nuestra calidad de vida. El miedo puede limitarnos. Pero el temor al fracaso, nos mantiene inmóviles. 
“El fracaso más grande es nunca haberlo intentado". Proverbio chino.

La mayoría de las veces para evitar el “posible” fracaso dejamos de actuar. Y es cuando muchos de nuestros problemas se incrementan, nuestro bienestar disminuye y nuestra vida y nuestras experiencias son cada vez más reducidas y menos satisfactorias. 
 
El miedo al fracaso es el temor a no lograr nuestras metas, objetivos o deseos. Pero el problema no está en el fracaso en sí. Éste sólo nos indica que el camino que elegimos no es el más adecuado y que, por tanto, es necesario buscar otra opción. El problema está en lo que el fracaso significa para cada uno de nosotros y en la manera en cómo nos calificamos a través de él… 
 
Fracasar nos da miedo, porque: 
 
- Nos sentimos impotentes ante el fracaso y no nos gusta sentirnos así. No queremos soportar la incomodidad de dicho sentimiento. Asociamos equivocadamente fracaso con dolor y es a éste último a quién mas miedo le tenemos. 
 
- Pensamos que el éxito y el fracaso son los dos elementos que nos califican como personas. Si tengo éxito soy una persona valiosa. Si fracaso, no valgo nada y la gente me va a criticar o rechazar. 
 
Es tan simple como que el éxito y el fracaso son sólo resultados de una conducta o una decisión adecuada o inadecuada, correcta o incorrecta. 
 
Una persona es mucho más que sus conductas y sus decisiones. Por ello éstas no pueden reflejar su valor como ser humano. 
 
Normalmente, el temor al fracaso no está relacionado directamente con la situación que enfrentamos, ni con la importancia o dificultad del mismo. Sino que está determinado por lo que pensamos de dicha situación, de nosotros mismos y de cómo sus resultados nos pueden afectar. 
 
¿Te imaginas cómo sería el mundo, si ante cualquier error o crítica, todos los inventores y científicos hubieran dejado sus proyectos sin terminar?

El fracaso es parte esencial del éxito. Cada fracaso es una oportunidad para aprender y corregir y así ir avanzando y estar cada vez un poquito más cerca del éxito. Las únicas personas en este mundo que no fracasan, son aquellos que no lo intentan, que no hacen nada, éstos no tienen valor alguno porque siempre se quedarán con las ganas y se preguntaran.. ¿qué hubiera pasado si…? 
 
El problema de todo es el círculo vicioso que puede provocar el miedo al fracaso: El temor a fracasar paraliza. La parálisis conduce a la inacción. La inacción genera una baja en la autoestima y la autoestima baja te lleva nuevamente al miedo.

¡No te dejes atrapar por este círculo

En tus manos está la capacidad para superarlo. PODEMOS AYUDARTE!

martes, 29 de enero de 2013

EL DILEMA...

"Una vez un grupo de tres hombres se perdieron en la montaña y había solamente una fruta para alimentarlos a los tres, quienes casi desfallecían de hambre. Se les apareció entonces Dios y les dijo que probaría su sabiduría y que dependiendo de lo que mostraran les salvaría.
 
Les preguntó entonces Dios qué podían pedirle para arreglar aquel problema y que todos se alimentaran. 
El primero dijo: "haz que aparezca más comida", Dios contestó que era una respuesta sin sabiduría, pues no se debe pedir a Dios que aparezca mágicamente la solución a los problemas sino trabajar con lo que se tiene. 
Dijo el segundo entonces: "Entonces haz que la fruta crezca para que sea suficiente", a lo que Dios contestó que no, pues la solución no es pedir siempre multiplicación de lo que se tiene para arreglar el problema, pues el ser humano nunca queda satisfecho y por ende nunca sería suficiente. 
El tercero dijo entonces: "Mi buen Dios, aunque tenemos hambre y somos orgullosos, haznos pequeños a nosotros para que la fruta nos alcance". Dios dijo: "Has contestado bien, pues cuando el hombre se hace humilde y se empequeñece delante de mis ojos, verá la prosperidad". "

En la vida estamos acostumbrados a la comodidad, a que otros arreglen nuestros problemas o a buscar la salida más fácil, siempre pidiendo a Dios que arregle todo sin nosotros cambiar o sacrificar nada a cambio. Por eso muchas veces parece que Dios no nos escucha pues pedimos sin dejar nada de lado y queriendo siempre salir ganando. Muchas veces somos egoístas y siempre queremos de todo para nosotros. 
Seremos felices el día que aprendamos que la forma de pedir a Dios es reconocernos débiles, y ser humildes dejando de lado nuestro orgullo. Y veremos que al empequeñecernos en lujos y ser mansos de corazón veremos la prosperidad y la forma como Él sí escucha. 
Píde  que te haga pequeño...Haz la prueba!!!

lunes, 28 de enero de 2013

VIÉNDOSE A SÍ MISMO

"Maestro y discípulo: 
 
— Cuando mires a tus compañeros procura mirarte a ti mismo- dijo el maestro al discípulo. 
 
— Pero, ¿no es una actitud egoísta?- cuestionó el discípulo - Si nos preocupamos por nosotros mismos jamás veremos lo que los otros tienen de bueno para ofrecer. 
 
— Ojalá siempre consiguiéramos ver las cosas buenas que están a nuestro alrededor —contestó el maestro— pero, en realidad, cuando miramos al prójimo estamos sólo buscando defectos. Intentamos descubrir una maldad, porque deseamos que sea peor que nosotros. Nunca lo perdonamos si nos hiere porque creemos que jamás seríamos perdonados por él. Conseguimos herirlo con palabras duras afirmando que decimos la verdad, cuando apenas estamos intentando ocultarla de nosotros mismos. Fingimos que somos importantes para que nadie pueda ver nuestra fragilidad. Por eso siempre que estés juzgando a tu prójimo ten conciencia de que eres TÚ quien está en el tribunal"


En la vida tod@s nos equivocamos y por ello para poder ser más que nadie vamos por ahí juzgando a los demás, “criticando” actitudes, comportamientos,… sin darnos cuenta que todo eso nos lo decimos a nosotr@s mism@s, porque al fin y al cabo, las personas somos espejos unas de otras y aquello que no me gusta y que no veo bien en los demás probablemente, por no decir, segurísimo, es una actitud, comportamiento.. que realizo yo continuamente pero del cual no soy consciente o simplemente no soy capaz de reconocerlo y aceptarlo en nuestra persona.


Así, que antes de hablar de los demás, haz una autorreflexión planteándote: yo.. ¿quién soy? ¿cómo soy? .. y una vez que seas capaz de reconocer tus propios errores entonces, y sólo entonces, estarás preparad@ para poder “hablar” de los demás, sin que con ello ofendas, hagas daño, hagas sentir mal, sino con la intención de hacer todo lo contrario ayudarle a darse cuenta de sus errores como tú lo supiste hacer. 
 
¿Y TÚ? ¿YA LO HICISTE? TE AYUDAMOS A AYUDARTE

EL CAMBIO COMO OBSTÁCULO DE VIDA

El cambio suele ser un proceso que nos asusta, nos da respeto y en muchas ocasiones nos paraliza. Por tanto, tenemos que intentar vencer ese miedo y mejorar nuestra autoestima y nuestra vida. 

¿Te sientes amenazado ante el cambio? ¿Sientes que tu vida, puede estar fuera de tu control?

"No sobrevive el más fuerte de la especie, ni el más inteligente, sino el que mejor reacciona ante el cambio".

Lo importante es poder enfrentarnos al miedo y vencerlo.
¿Cuántas veces te has encontrado en una situación molesta, difícil o dolorosa y no haces nada o casi nada para cambiarla? ¿Cuántas veces piensas que no hay nada que hacer o que es mejor no arriesgarse? Seguro que muchísimas y todo esto se debe al mismo miedo a cambiar, no importa el tipo de cambio que sea, todo lo que sale fuera de nuestra zona de confort, nos supone un gran esfuerzo junto con una gran incertidumbre. Por ello éste miedo es uno de los mayores obstáculos para mejorar nuestra autoestima y nuestra vida en general. Lo conocido nos da la impresión de seguridad y estabilidad, aunque estemos sufriendo y no estemos a gusto con la vida que llevamos.

Este miedo es el que impide que nos alejemos de relaciones o situaciones problemáticas y difíciles,  a la vez que nos hace quedarnos como estamos, sin darnos la oportunidad de luchar por nuestro bienestar. Tampoco nos permite trabajar para mejorar nuestra autoestima. A lo que viene la famosa frase….  "Más vale malo por conocido, que bueno por conocer"

El miedo al cambio incluye el temor a fracasar, tener éxito, al compromiso, a perder ciertas cosas o privilegios, al rechazo, etc. Engloba muchos aspectos que la mayoría de veces no somos conscientes de todo lo que puede llegar a implicar.
He aquí algunos de los  motivos que nos impiden cambiar:
 
1. Una autoestima baja, ésta se refleja en dos tipos de pensamiento: No voy a lograr estar bien, porque no me lo merezco”, No tengo la capacidad para resolver los problemas que surgen con el cambio o para hacer todo lo necesario para poder tener éxito”.
  
2.  La posibilidad de perder la atención y el apoyo que recibimos de la gente que nos quiere ayudar o que "entiende" nuestros problemas.
3.  La creencia equivocada de que cambiar es ser inestable.

4. El tener asociados los cambios con las crisis. Con situaciones externas que nos obligan a cambiar, sin desearlo o estar preparados para ello.
 
5.  La respuesta de la gente que nos rodea, que puede ser muy negativa. Nuestro cambio puede provocar angustia e incomodidad en algunas personas cuya respuesta puede ser de crítica o de rechazo. Pero no debemos tener esto en cuenta si fuera por los demás probablemente nunca haríamos nada!!.
 
6.  Pensamientos catastróficos y extremistas, sobre todo lo malo que el cambio va a traer. Cuando el propósito del cambio precisamente es todo lo contrario.
 
7.  El hábito erróneo, de valorarnos en función de lo que hacemos o tenemos. Por lo tanto, pensamos que si fracasamos, nuestro valor como personas disminuirá.
8.  La posibilidad de perder el control sobre nuestra vida y las circunstancias. La falta de control, aunque sea momentánea, nos causa angustia, por lo que tratamos de evitarla, aunque nos estemos equivocando.
Es normal sentir temor ante una situación desconocida, que puede amenazar nuestro bienestar. El problema surge cuando nos dejamos manejar por ese temor o lo "alimentamos" con una serie de pensamientos equivocados que no nos ayudan en nada.
Normalmente no es nada fácil cambiar, ya que además de los miedos y temores que nos lo impiden, nuestra forma de pensar y actuar está automatizada. Igual que automáticos son los pensamientos que mantienen nuestra autoestima baja y alimentan el miedo al cambio.
Muchas veces ni tan siquiera nos damos cuenta de dichos pensamientos, sentimientos y motivos de nuestras conductas, pero si el temor o el no querer hacer el esfuerzo nos mantiene en el mismo lugar,nuestra vida nunca será como la queremos. Y sólo nosotros podemos mejorarla.
Al final todo se convierte en una rueda y una cosa limita e impide la otra y al revés…
Cuando lo que uno hace no da el bienestar deseado es el momento de actuar: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

AHORA ES EL MOMENTO, ATREVETE A CAMBIAR Y SI SIENTES QUE NO LO PUEDES HACER TÚ SOL@, PÍDENOS AYUDA, TE AYUDAMOS A CAMBIAR, LLÁMANOS: 93 013 67 47 / 655 811 696
 
 

Y ¿TÚ? ¿QUÉ ELIGES??

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