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viernes, 11 de enero de 2013

jueves, 10 de enero de 2013

LA AUTOESTIMA

La autoestima esa gran desconocida y a la vez tan mencionada por tod@s....

Es un factor muy importante en toda la vida de una persona ya que si ésta no es estable, puede traer consecuencias negativas para la persona que lo sufre, tales como depresión, culpa, ansiedad, relaciones sociales debilitadas y un largo etc..

Así que aquí os dejo una pequeña muestra de ello para ir haciendo boca sobre este tema tan amplio....







Desde pequeños tenemos que estar muy atent@s a los niñ@s, ya que deficiencias en determinadas etapas conllevan crecer con una autoestima dañada...














 Lo importante no es cómo nos ven los demás, sino cómo nos vemos a nosotr@s mism@s, ¡¡¡Aprende a quererte!!!



¡¡¡TE AYUDAMOS A AYUDARTE!!!  
Llámanos al teléfono: 93 013 67 47 o ven al centro, ésta puede ser TÚ oportunidad!

miércoles, 9 de enero de 2013

LOS DIENTES DEL SULTÁN

Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse...        

En un país muy lejano, al oriente del gran desierto vivía un viejo Sultán, dueño de una inmensa fortuna.         
El Sultán era un hombre muy temperamental además de supersticioso. Una noche soñó que había perdido todos los dientes. Inmediatamente después de despertar, mandó llamar a uno de los sabios de su corte para pedirle urgentemente que interpretase su sueño.         
- ¡Qué desgracia mi Señor! - exclamó el Sabio - Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.         
- ¡Qué insolencia! - gritó el Sultán enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!         
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos, por ser un pájaro de mal agüero. Más tarde, ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:         
- ¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que vuestra merced tendrá una larga vida y sobrevivirá a todos sus parientes.         
Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del Palacio, uno de los consejeros reales le dijo admirado:         
- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños del Sultán es la misma que la del primer Sabio. No entiendo por qué al primero le castigó con cien azotes, mientras que a vos os premia con cien monedas de oro.         
- Recuerda bien amigo mío --respondió el segundo Sabio-- que todo depende de la forma en que se dicen las cosas... La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la enchapamos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado...         
- No olvides mi querido amigo --continuó el sabio-- que puedes comunicar una misma verdad de dos formas: la pesimista que sólo recalcará el lado negativo de esa verdad; o la optimista, que sabrá encontrarle siempre el lado positivo a la misma verdad".         
 
Dice el libro de los Proverbios: "Las palabras del hombre son aguas profundas, río que corre, pozo de sabiduría... Con sus labios, el necio se mete en líos; con sus palabras precipitadas se busca buenos azotes... Cada uno comerá hasta el cansancio del fruto de sus palabras. La vida y la muerte dependen de la lengua; los que hablan mucho sufrirán las consecuencias...

martes, 8 de enero de 2013

LA ROSA

Situación que sin darnos cuenta se repite continuamente en nuestras vidas con aquellas personas a las que más queremos pero que no atendemos de manera adecuada o como él o ella espera y necesita. Aunque la protagonista de la historia es una rosa es un símil muy válido, leerla y opinad!!


LA ROSA

COMO TRATAR A UNA ROSA

Juan se sentía solo, volvía a su departamento, y  era el  que lo esperaba. Juan estaba triste, Juan estaba solo, muy solo. Y Juan tuvo una brillante idea: 


- Compañía, eso lo que necesito, compañía. Y alegre se puso a pensar que tipo de compañía. 

De chico le habían dicho que lo ideal para compañía era una rosa. También le habían advertido que las rosas tenían espinas y que si uno no era cuidadoso, en vez de disfrutar el placer de mirarlas, tocarlas y oler el perfume que emitían, podían terminar lamentándose todo el día de que la rosa era mala, que cada vez que uno se acercaba lo pinchaba a propósito con sus espinas, y otras tantas advertencias del mismo género. 

Pero para Juan el riesgo valía la pena. Quería una rosa y salió a buscarla. Y cuando uno busca mucho siempre encuentra lo que busca. 

Así Juan salió decidido a la calle y, oh casualidad, a la vuelta de la oficina donde trabajaba la vio, estaba ahí delante de sus ojos, como había estado ella durante meses esperándolo y mirándolo cada vez que él pasaba, pero nunca se habían cruzado miradas. Pero esta vez Juan estaba decidido a ser feliz y se acerco directamente a ella, tan directamente que la hizo temblar. 

Juan la miró, y quedó totalmente embriagado y envuelto por su perfume. Juan estaba enamorado. Luego de un rato de pleno éxtasis Juan se decidió. Dio media vuelta y encaró al padre de la dama. 

- ¿Cuánto cuesta?, preguntó con voz firme. 

- Veinte pesos, contestó el Vendedor de Flores, sorprendido por la pregunta tan imprevista, pues ni siquiera le había dicho buen día, y agregó ya recompuesto. 
- Con diez pesos más se lleva esta maceta hermosa, señalando una roja de cerámica. 
A los pocos minutos Juan salía feliz del negocio con María, pues así le había puesto de nombre a la rosa. María salió alegre a la calle, en los brazos de Juan y vestida con su hermoso vestido de maceta roja. 

Juan llegó a su casa, puso a María en el mejor lugar, donde podía recibir la luz de la mañana, luego guardó el comprobante de compra de la rosa y finalmente se sentó a su lado. El resto de la tarde se deleitó mirándola y sintiéndola. 

Los primeros días fueron realmente una "Luna de Miel". 

A la noche Juan se llevaba a María al dormitorio para tenerla al alcance de su mano. 

La luna de miel entre ellos duró poco. 

Una noche Juan entre sueños acercó su mano para acariciar a María y de pronto el dolor intenso y una gota de sangre salió de su dedo índice. María, con sus espinas lo había lastimado. Juan sintió que el dolor pasaba pero volvieron a su mente las advertencias: cuidado con las rosas, cuando tu quieres brindarles amor ellas te lastiman intencionalmente con sus espinas. 

Al día siguiente Juan se olvidó de ponerle agua en la maceta a la Rosa, también se olvidó de ponerla al sol, y así hizo los siguientes tres días. 

Fue el sábado que Juan al entrar al dormitorio la vio. 

María estaba triste, sus pétalos que antes eran hermosos, estaban caídos sobre la mesita de luz. 

Su tierra reseca. 

Juan sorprendido por la actitud de María, buscó la factura de compra, pues tenía anotado en teléfono del negocio de plantas y llamó para reclamar. 
- ¿Qué problema tiene con la planta que le vendí? preguntó el vendedor. 
-¿Qué no la riega, ni la pone al sol desde hace tres días? preguntó el vendedor indignado. 
Juan cortó, medio disculpándose por su ignorancia y se puso a regar a la rosa, pero no podía evitar recordar con bronca lo que ella le había hecho: lo había lastimado cuando el se acercó, y seguramente lo había hecho con intención. 
Y comenzó a regarla hasta inundarla de agua, mientras pensaba... 
- Voy a inundarla bien, así no la riego por siete días. 
- Voy a dejarla al sol así no necesito moverla. 
Y luego Juan se fue a hacer otras cosas, sus cosas, las que eran realmente importantes para él. 
Y María siguió perdiendo pétalos. Ya no emitía ningún perfume, ya no sentía la energía y la palabra de Juan, y María se dejaba morir. 



Pasaron otros tres días y Juan fue a un cine solo. Durante la película vio una escena que lo conmovió, y de pronto apareció la imagen de María ante sus ojos con sus pétalos caídos. Juan sintió en el fondo de su ser que María se moría de pena, y se dio cuenta que la amaba, que extrañaba sus formas, su tersura, su perfume, y Juan salió a las corridas del cine y volvió a su casa. 

Encontró a María desfallecida, la tomó entre sus brazos, le sacó el agua en exceso de la maceta, y le habló del amor que le tenía, durante toda la noche. A la mañana la puso al sol, le agregó un poco de fertilizante, y así la cuidó en su convalecencia que duró casi un mes. 

Al mes María estaba radiante y enamorada como siempre. 

Y ese día Juan tomó el comprobante de compra y rompiéndolo en mil pedacitos le dijo a María 

- Alguna vez creí, equivocadamente, que porque te había comprado y puesto el comprobante de compra bajo la maceta podía decirte - " soy tu dueño, y no te riego". 

- Hoy me doy cuenta que nuestra relación se sustenta en cambio en el amor diario que nos podamos dar, en que yo te riegue todos los días con mi amor, mientras tu me llenas con tu hermoso perfume, tu tersura, tu compañía y y tu hermoso perfume. 

Que todos los cuidados que yo te haya dispensado en el pasado, vivirán siempre como un maravilloso recuerdo, pero que no son suficientes para el día de hoy. 
Y que a partir del día de hoy, para poder disfrutar te te seguiré regando día tras día. 
Y además tendré presente que si me encuentro con tus espinas puede ser, que parte de la culpa sea mía por no saber acercarme a ti.

lunes, 7 de enero de 2013

PROPÓSITOS PARA EL AÑO NUEVO

Sólo ha pasado una semana del nuevo año, el anterior  que para muchos ha sido difícil y para otros no tan fácil. Y aquí seguimos, luchando por mantenernos atados a las cosas positivas de nuestras vidas y emocionándonos gracias a la excitante incertidumbre que siempre acompaña al devenir de los días.
Ninguno de nosotros sabe a ciencia cierta qué le deparará este nuevo año, pero lo que sí podemos conocer es qué pondremos de nuestra parte para seguir avanzando en este camino.

Muchas personas llenan de propósitos y planes las hojas en blanco de sus cuadernos, jurando y perjurando que “este año sí que sí”. Por desgracia, la enorme mayoría de ellos no acabarán de cumplir sus objetivos… ¿Por qué siempre pasa igual?

El principal error que cometemos al plantearnos unas metas para el año nuevo es que solemos ponernos el listón demasiado alto. Así, no es extraño escuchar frases como “el día 1 me quito de fumar” o “a partir de Enero, al gimnasio todos los días”. No nos engañemos. Lo que no hemos hecho en muchos años no vamos a solucionarlo en un día. Nada en esta vida funciona así.

Por eso, quisiéramos enfatizar la importancia del avance progresivo en lo que nos propongamos. Por ejemplo, si queremos perder peso, no es buena idea ponerse un plan para conseguirlo en poco tiempo, al igual que si vamos a hacer ejercicio tampoco será bueno tratar de hacerlo todos los días a tope.

Ten en cuenta este consejo: La línea de la vida es aquella en la que escribimos nuestro camino. Es como una carrera en la que de nada sirve esforzarse en los primeros metros si luego no vamos a tener fuerza para seguir corriendo. Por eso, date tiempo para conseguir las cosas, avanza despacio pero con paso firme en tus propósitos y no desistas porque un día no vayas al mismo ritmo que el anterior. Lo importante es no detenerse, y si lo haces, que sea para enorgullecerte del camino recorrido y soñar con una travesía aún mejor.

Lo que queremos decir con esto es que no pares nunca de crecer, de superarte y de mejorar como persona. Quizá ahí estén las verdaderas claves de nuestra existencia.

TE AYUDAMOS A AYUDARTE. LLÁMANOS: 655 811 696  info@centronanda.es

EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS


Los problemas siempre tienen unas raíces que los mantienen y unas consecuencias que se pueden alargar en el tiempo. El objetivo es que aprendas a identificar las raíces de ese problema para no seguir alimentando su crecimiento, a partir de que dejas de "alimentar" el problema empiezas a centrarte en la SOLUCIÓN.


Te dejamos una metáfora, un cuento para que veas el abasto de las acciones que hacemos cada día.

Había contratado un carpintero para ayudarme a reparar mi vieja granja. Él acababa de finalizar su primer día de trabajo que había sido muy duro. Su sierra eléctrica se había estropeado lo que le había hecho perder mucho tiempo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.

Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Nos dirigíamos a la puerta de su casa y se detuvo brevemente frente a un precioso olivo centenario. Tocó el tronco con ambas manos.

Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. La energía había cambiado completamente. Posteriormente me acompañó hasta el coche.

Cuando pasamos cerca del olivo, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo visto cuando entramos.

- Ese es mi árbol de los problemas, – contestó
- Sé que no puedo evitar tener problemas durante el día como hoy en el trabajo por ejemplo, pero no quiero traer estos problemas a mi casa. Así que cuando llego aquí por la noche cuelgo mis problemas en el árbol. Luego a la mañana cuando salgo de mi casa los recojo otra vez.
- Lo curioso es, – dijo sonriendo – que cuando salgo a la mañana a recoger los problemas del árbol, ni remotamente encuentro tantos como los que recuerdo haber dejado la noche anterior.

Maestro: si te centras en el ahora desaparecen todos los problemas.

Fuente: autor desconocido

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