"En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso al mejor producto, año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.
—"¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año?" preguntó el reportero.
—"Verá usted, señor," dijo el agricultor. "El viento lleva el polen del maíz maduro, de un sembradío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz debo ayudar a que mi vecino también lo haga".
Lo mismo pasa con otras situaciones de nuestra vida. Aquellos que quieran lograr el éxito, deben ayudar a que sus vecinos también tengan éxito. Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos.
Aspecto que a veces cuesta tener en cuenta por todo el egoísmo, la competitividad, el poder, etc que existe en nuestro mundo…
Sencillamente genial!!
ResponderEliminarUn buen mensaje!!! Sí, señor... Hay personas que piensan que es perder el tiempo ayudar a que otros tengan éxito... que no va con ellos... o tienen miedo... En cambio las personas que se ayudan unas a otras consiguen el apoyo de los demás por su generosidad...
ResponderEliminarExcelente
ResponderEliminarExacto Manuel, el problema que a veces no somos conscientes de ello....
ResponderEliminarSaludos :) (también a Romeo)