Para que la hora del cuento para los niños se convierta en un éxito, debemos prestar atención a ciertos aspectos tanto del entorno como del niño, para que todo funcione como deseamos…
Antes de nada, debemos buscar un momento de calma, en el que el niño esté despierto y con intención comunicativa, es decir receptivo; encontrar un lugar tranquilo dónde nada ni nadie nos pueda molestar, evitando distracciones, ya que este momento será un tiempo especial entre tú y el niño, si hay más de un niño, es aconsejable leerles en pequeños grupos de no más de 3 o 4 de ellos para que el proceso resulte más enriquecedor.
El tiempo de lectura dependerá de la edad del niño, aunque es aconsejable que inicialmente se empiece por períodos muy cortos y poco a poco se vayan aumentando a medida que éste vaya prestando cada vez más atención.
Es importante incluir en nuestra lectura canciones, cosquillas, bailes, cambio de voces de los personajes, imitaciones… ya que esto permitirá una mayor concentración por parte del niño y a la vez más diversión y entretenimiento, consiguiendo más tiempo de atención…
El libro debes tenerlo lo más cerca del niño posible, para que pueda participar de su lectura tocándolo, viéndolo, etc.
Para conseguir más atención y con ello un reclamo posterior por parte del niño, ayuda mucho el adaptar y personalizar las historias a ellos y sus iguales, cambiando los nombres de los personajes por el suyo y de algún amiguito/a, inventando trocitos de la historia hablando sobre niños, etc… Aquí la imaginación juega un gran papel.
Ves haciéndole preguntas sobre lo que se va contando para ir comprobando su nivel de atención y repite las veces que haga falta la historia, los nombres…
A la hora de guardar los libros, tiene que ser en un lugar dónde ellos puedan alcanzarlos y cogerlos cuando les apetezca, de esta manera se irán, poco a poco, familiarizando de forma autónoma con los libros.
Peculiaridades y especificaciones en función de la edad.
- Niños de 3 a los 4 años: es importante poder conversar con ellos sobre sus experiencias e intereses, aprovechando las oportunidades cotidianas de interacción como la hora de comer, mirando los libros… Intentando responder de forma positiva a lo que el niño va diciendo, extendiendo y expandiendo su lenguaje. Por ejemplo si el niño dice "agua", tú puedes expandir diciendo "veo que quieres un vaso de agua", o extenderlo diciendo "ah, veo que tienes sed, claro, hace calor!". Es más importante modelar su lenguaje que corregir sus errores.
A través de la lectura los niños expanden su vocabulario sobretodo si ésta se realiza de manera interactiva, con oportunidades para hacer preguntas, mirar imágenes, decidir cuándo cambiar de página…, por ello léele todos los días de manera individual o en pequeño grupo para que esto se vaya produciendo.
Poco a poco los niños van entendiendo las relaciones que existen entre las acciones y los sentimientos. Disfrutan de historias cortas, simples, con repeticiones, con imágenes que están directamente relacionadas con su experiencia. Los libros con oraciones o estructuras repetitivas permiten que los niños anticipen y se atrevan a participar.
Si tienes oportunidad, fabrica tus propios libros con fotos a partir de una experiencia que el niño haya tenido, como salir de paseo, cocinar, o algún evento cotidiano, como lavarse el pelo y peinarse. Esto le gustará mucho!.
Teniendo en cuenta que esta es la edad en la que la imaginación ocupa un fuerte rol en el juego de los niños, fomenta que actúe en escenarios imaginados.
Cantar tiene muchos beneficios, les ayuda a aumentar su conciencia fonológica, canta con ellos y además de aprender consigue que también se divierta.
Habla con ellos sobre emociones y sentimientos. Los niños suelen frustrarse a esta edad al constatar la diferencia entre lo que pueden y lo que quieren hacer. Esta dificultad puede ser disminuida si conocen las palabras que ayudan a describir sus estados de ánimo y logran así identificarlos y comunicarlos, no en medio de una rabieta o pataleta, pero sí en un momento posterior de calma. En este sentido, los libros pueden ayudar enormemente expandiendo las experiencias emocionales de los niños. · Lee de manera interactiva, por ejemplo, relacionando lo leído con lo que el niño ya sabe o ha hecho, hablad sobre las imágenes y el texto, discutid lo que creen que va a pasar después, cómo se sienten los personajes, lo que hicieron y lo que podrían haber hecho, lo que ellos harían en la situación de los personajes…
- Niños de 5 a los 7 años: muestra al niño cómo los adultos disfrutáis leyendo libros, revistas o diarios. Es importante que el niño entienda que la lectura se valora y utiliza diariamente, con distintos fines, en casa.
Es importante continuar destinando diariamente un tiempo especial para leer, por placer y entretenimiento junto a los niños. Gracias a las actividades de lectura compartida, y luego al aprendizaje que adquieran en la escuela o colegio, a esta edad los niños irán gradualmente desarrollando habilidades de decodificación: serán capaces de recitar en voz alta palabras, frases, oraciones, párrafos completos de los textos impresos a los que se enfrente.
Cuando el niño lee en voz alta es necesario prestarle la misma atención que le prestaríamos si nos estuviera hablando directamente a nosotros acerca de sí mismo. En este proceso suelen cometer errores, generalmente omisiones (se saltan alguna palabra del texto) o sustituciones (leen alguna palabra por otra). Es importante no tratar estas situaciones simplemente como fallos indeseables que se deben corregir. Todo error expresa un significado subjetivo para los niños y en la lectura compartida podemos ayudarlos a comprender dicho significado. Por ejemplo: si el niño lee: El osito estaba cansado, en lugar de : el osito estaba cantando, podemos señalar, parece que el osito no estaba tan cansado, porque se puso a cantar. ¿Pero quizás tú estás un poco cansado para seguir leyendo?..
Al leer juntos, continúa motivando a que el niño vaya más allá de la información presente en el libro, haciéndose preguntas (¿Cómo crees tú que se sintió el personaje?, ¿cómo te habrías sentido tú en su lugar?.), formulando hipótesis (¿Qué crees tú que habría pasado si.?.), realizando inferencias (Dice que el osito andaba desnudo, ¿tú crees que hacía calor o frío?.).
Es útil tener disfraces o prendas de ropa vieja para jugar. Invítalo a representar lo que ha leído, disfrazándose, en pequeñas actuaciones, con otros niños y/o adultos. En este juego no importa tanto la fidelidad con lo que diga el libro, sino la posibilidad de imaginarse encarnando a un personaje o viviendo alguna de las situaciones descritas.
Visita periódicamente librerías y/o bibliotecas con el niño, permitiendo que sea él el que elija el libro que quiere comprar o pedir prestado. ·
Importante el destinar un lugar en casa que funcione como biblioteca, guardando en ella los libros que tiene y los que vaya adquiriendo. Se debe permitir el acceso a ésta, teniendo los libros a su alcance. Al igual que crear un espacio de lectura en su propia habitación.
Finalmente, independientemente de la edad, se debe tener la suficiente paciencia para poder llevar a cabo la lectura compartida con los niños, ya que cada uno tiene un proceso de desarrollo diferente. Hay que intentar evitar comparar lo que puede hacer un niño con lo que hacen otros, concentrándose en el desarrollo particular y las necesidades de éste. Para mantener el interés del niño, la lectura temprana compartida no debe transformarse en una actividad forzada y sobrexigente, distinta a otros momentos de juego, sino debe ser una parte más de su juego!.
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